Un asunto difícil

Prosiguiendo con la historia de parto (aunque haya quedado unas cuantas entradas atrás)... todo fue absolutamente hermoso, salvo por dos cositas, una fue la prueba de permeabilidad de las vías respiratorias, en la cual, literalmente le introdujeron a mi bebé una manguera a través de la garganta, la nariz y las zonas pudientas, no se imaginan el dolor que se siente al ver como Bimbo se retorcía de dolor, y yo no podía hacer nada. Igualmente tengo que realtar el amor con el que la trató la pediatra, la doctora Polenta, y a mí también ya que en cada paso de todas esas revisiones me iba explicando lo que estaba haciendo, para que servía y que prevenía, es más, creo que si no hubiera sido de esa manera tal vez en este momento estaría escribiendo este blog desde la carcel por haber golpeado un médico, por eso gracias otra vez a la doctora Polenta, cualquiera que vaya a tener un parto en La Plata, pida con ella que su bebé va a estar en las mejores manos!
Pero antes incluso de que veamos por primera vez a nuestra bebé, Car tuvo que pasar por un martirio sin igual, propinado por una Freddie Krugger corte carré, de la que no voy a dar el nombre, decidí que en este blog sólo voy a dar nombres cuando sea por una recomendación y no para dar malas propagandas (esperemos que lo pueda mantener por un buen tiempo). Al principio, con las revisiones que le hacía esta mujer, y viendo la cara de sufrimiento de mi amor (era muy bruta esta mujer), yo me sentía confundido, ya que nunca había visto ese tipo de intervenciones, y no sabía si era normal o esta mujer era una verdadera bestia.
Luego de cuatro espantosas revisiones (que se llaman tactos ¡ja, aprendí nuevas palabras!) llegó la ginecóloga, y al ver como hacía los tactos lo descubrí todo, tal como lo haría la pediatra con Bimbo luego, esta doctora trabajó con una suavidad sin igual. Pero bueno, gracias a Dios ahora estamos todos bien.
Un abrazo! Hasta la próxima!